jueves, 13 de agosto de 2009

A good day to laugh

I'm so very tired!
At least right now it's time to rest!


En un pueblo vivían dos Luises: uno era taxista y el otro sacerdote. Un día, ambos mueren y van al cielo. El primero en llegar a las puertas de San Pedro es el taxista:
--Pasa, hijo mio-- Le dice Pedro, al tiempo que le entrega un manto de seda dorada y un bastón de plata.

Luego llega el sacerdote:
-- Pasa, hijo -- le dice Pedro, al tiempo que le entrega un manto polvoriento y una rama como bastón.

El sacerdote exclama:
-- Debe de haber una equivocación, yo soy Luis el sacerdote.

Pero el santo replica:
-- No hay ninguna equivocación, te explicaré: cuando tu predicabas, la gente se dormía, pero cuando Luis el taxista manejaba, la gente rezaba.



Tomado de la revista SELECCIONES

1 comentario:

#/bin/bash! dijo...

jajaja, estuvo muy bueno :D.